El Espíritu Caminante

En O Sol e a Lua los peregrinos del Camino de Santiago y aquellos otros que también están peregrinando por otras rutas mas personales encuentran un hogar donde terminar el camino físico e iniciar el espiritual. Sé bienvenido al final y al principio de tu camino.

miércoles, 30 de abril de 2014

Así es nuestra casa... ¿quieres compartirla con nosotros?

Queridos amigos peregrinos:

Un peregrino, Miguel, estableció un puerto al que llegar y del que partir en el lugar mas lógico del mundo:

¡En Finisterre!, donde se acaba el camino de los pies y comienza el camino del interior. A Finisterre se llega con callos en los pies y del Finis Terrae se parte con el alma preparada para el verdadero viaje de conocimiento. Antes el caminante ha bajado humilde ante el Apóstol la cabeza y ha venido a observar al Sol acostarse al final del mar de fora y reconocerse como un minúsculo grano de arena que no hace playa, pero es parte necesaria para hacerla...

"Albergue do sol... ¡e da lúa!" es nuestra casa: La de los que vivimos cada día en ella, la de los que salimos de ella y volvemos a ella cada tiempo que corresponde y la de los que llegamos un día por primera vez a Finisterre y creíamos, pero nos equivocamos, que tardaríamos en volver si es que volvíamos...

Nuestra casa, tu casa, no es un hotel. Ofrecemos algo que nada tiene que ver con lo que encuentras en un hotel u otras instalaciones de hospedaje. Un hotel se asemeja a un edificio de viviendas donde cada uno tiene un domicilio propio y privado. El hotel es una extensión del domicilio privado de cada uno, donde la puerta, normalmente, permanece cerrada. Este servicio es idóneo para muchisimas personas y cumple muy bien la función para la que han sido configurados. Nosotros somos ¡una casa!, un albergue. Pero un albergue muy especial, porque estamos al final del camino y en el principio del otro camino.

   Cada albergue es igual pero diferente a los otros y conforman su personalidad quienes lo habitan, quienes lo visitan y el lugar físico o espiritual donde se halla ubicado. Estar en el Finis Terrae nos confiere, por tanto, una personalidad ligeramente distinta, muy ligeramente distinta, a la de otros albergues:

   La primera pequeña diferencia es que nuestros huéspedes pueden decidir quedarse mas de una noche, e incluso muchos días, con nosotros para terminar de prepararse para el otro camino, o, simplemente, quedarse a reposar los cansados pies antes de regresar a su casa.

    Otra diferencia pequeña es que nos encuentran no solo los peregrinos de a pie o en bicicleta; también nos llegan peregrinos que dan el salto desde Santiago o desde otros puntos de peregrinación y que deciden hacer un epilogo particular hasta el Finis Terrae.

   También vienen otras gentes que son, a su manera, peregrinos y así los reconocemos como tales: Senderistas y ciclistas que están recorriendo la "Costa da Morte de faro en faro, Caminantes que no siguen una ruta establecida porque quieren encontrar un camino propio y se encuentran con Finisterre casi por casualidad. Otras gentes que están haciendo a su manera un camino interior y buscan un espacio como el nuestro donde compartir experiencias, sentirse respetados y queridos y hacer un verdadero alto en el camino que nada tiene que ver con unas simples vacaciones. Los que habitamos esta casa hemos sido , y seguimos siendo, peregrinos de a pie y hemos aprendido a reconocer a los peregrinos aún cuando no se hayan, (todavía), calzado las botas.

   Los peregrinos que habitamos "Albergue do sol... ¡e da Lúa!" hemos caminado mucho y hemos coincidido con muchos otros peregrinos. Asi, poco a poco, hemos aprendido a respetar a todos los peregrinos con sus ideas y creencias y a escuchar lo que, sin duda, nos tienen que enseñar. Por eso, si vienes a nuestra casa, solo te pedimos que escuches, respetes, aprendas y enseñes a los otros peregrinos que te encuentres en nuestra casa y, sobre todo, respeta, como nosotros respetamos, el credo de cada cual porque es su pertenencia mas sagrada.

¡¡Buen camino!!

Post Data: Otra entrada del blog contiene la información sobre nuestros servicios y... ¡ay! las cosas del dinero... ¡facturas... esa terrible palabra!







lunes, 28 de abril de 2014

¿Está en peligro el espíritu del camino?

Estimados peregrinos y hospitaleros:

   ¿Cuantos siglos llevan siendo holladas las piedras que pavimentan el Camino de Santiago?... ¿Cuantas vidas, penitencias, esperanzas, encuentros, soledades, esfuerzos, metas, pasaron bajo el arco del Pórtico de la Gloria?... ¿cuantos y cuando...?. No contemos, es decir, no reduzcamos a simples y fríos números los océanos de historias que han llegado a Santiago y han comenzado su camino mas cierto en Fisterra. Un único espiritu ha animado durante generaciones el camino. Un espíritu cuya definición es poco menos que imposible... tan sólo atinamos a asociar a El algunas palabras que se aproximan tímidamente a su esencia; sin embargo, cuando dos peregrinos se encuentran y dicen "buen camino", nada mas es necesario para saber de qué hablan...

  De qué hablan dos peregrinos cuando dicen "buen camino" nadie lo sabe mejor que los hospitaleros porque llevan generaciones abriendo su casa  a peregrinos que llegan a la tarde y parten con el alba. 

   Se es hospitalero, bien porque antes se fue peregrino, o bien porque se ha nacido en alguna localidad del Camino y se ha visto pasar a los peregrinos desde la mas tierna infancia.

   Se es hospitalero por vocación de servicio tal como lo es un médico, un bombero, un chamán o un sacerdote. Hospitalero se es, sobre todo, porque nunca se deja de ser peregrino.

   El hospitalero es por siempre un peregrino. Pero la compañía eléctrica, el supermercado, la hacienda pública, la seguridad social, el vendedor de muebles, el fontanero, el empleado que lava las sabanas, el constructor que hizo la casa en la que te cobija el hospitalero, quieren su justa parte y, a veces, el hospitalero se ve envuelto en una tupida tela de araña que le amenaza con dinero, o se asusta ante el desolador panorama de los gastos...

   Viene esto de los gastos a colación porque algunos peregrinos nos han contado que hay personas recorriendo el camino que hablan con los peregrinos para invitarles a sus albergues y, para convencerlos de que vayan a su casa, hablan mal de otros albergues y de otros hospitaleros...

   Es muy triste perderse en la desesperación que da la amenaza de las facturas sin pagar y olvidarse de que el fin no justifica los medios... 

   Los peregrinos, todos los peregrinos, los que hacen el camino con los pies o los que llegan hasta nosotros por otros medios porque están haciendo el camino por dentro, vienen a recibir nuestras atenciones y nuestros cuidados y nos dan nuestro sustento diario. Es fácil de entender que salgamos al camino a buscarles nosotros porque los necesitamos tanto como ellos a nosotros... pero lo que no es nada fácil de entender es que usemos cualquier subterfugio o treta engañosa para engatusar a los incautos.... Esto nunca debería ocurrir y aún menos en el camino. 

   Aunque es una vocación ser hospitalero, el trabajo diario, las facturas y la vida en general, es todo muy duro. Y a veces no queda mas remedio que entender lo que llegan a hacer algunos cuando pierden el norte. Pero ciertas prácticas lo único que conseguirán es perjudicarnos a todos, sembrar la desconfianza y, a la larga, acabar con el camino. Mas nos vale a todos recordar nuestras mejores esencias y empezar a colaborar los unos con los otros. 

   El autor de este artículo también saldrá a buscar a los peregrinos al camino. PERO no atosigará a los peregrinos, solo les explicará como es su casa, lo que van a encontrar en ella y les invitará a conocerla y a decidir por si mismos si esa es su casa y, por supuesto, les informará de que hay muchas mas casas esperándoles y es decisión personal e intransferible del caminante cual es la casa en la que mejor se va a sentir.

¡Buen camino!

Juan Carlos Martinez Alvarez
Hospitalero en "albergue do sol... e da lúa"

   Post Data: aprovecho la ocasión para llamar la atención a algunos, muy pocos, peregrinos que están algo confundidos sobre lo que es el camino. El camino no es un lugar al que puedas ir a que otros te resuelvan tus problemas, te den de comer y te cobijen por la noche por que es su obligación... No. De tu vida, tu sustento y tu camino eres el único responsable. tú eres quien debe ganarse su propio sustento honradamente como los demás hacemos. con mucho trabajo y con mucha dedicación. Eso sí, los que estamos por el camino estamos para ayudarte y acompañarte en tu peregrinar, estamos para escucharte.

miércoles, 23 de abril de 2014

¿Dónde y cómo localizarnos?

En Finisterre

En fisterra

En el fin de la tierra..!!!

Dirección: Rua Atalaia, nº 7.
           Fisterra 15155 A Coruña.

Teléfonos:
       Casa: (+34) 981 74 06 55
     Miguel: (+34) 617 56 86 48
Hospìtalero: (+34) 626 74 82 61

Correo Reservas: alberguedosol@hotmail.com

Mapa de Fisterra para encontrarnos:



martes, 22 de abril de 2014

Como surgió Albergue de Sol... e da lúa!!

     En Somport el 13 de agosto de 2002 un peregrino se puso en camino: La duda, la eterna pregunta sobre el devenir, el destino, la felicidad... fue el aguijón que lanzó a este peregrino, llamado Miguel  a recorrer el Camino de Santiago..

    Anduvo Miguel cuatro años los dos caminos: el que se anda con los pies, siempre amenazados de ampollas, con la mochila, siempre pesada por mas peso que se le quite, y el otro camino, el que se anda con todo el alma buscando, preguntando, compartiendo y, sobre todo, viviendo cada día como si fuera único y último.

     Andando, andando, un día cualquiera, Miguel llegó al fin de la tierra, al Finis Terrae y se encontró con que ese día comenzaba de verdad el camino. Hasta ahora las ampollas de los pies habían servido para lavar las yagas del alma, aprender a escuchar y a compartir y, finalmente, desnudarle y desposeerle de todas sus ideas y perjuicios para comenzar el camino interior.

     Habían pasado cuatro años desde que partiera un mes de agosto y ya había recorrido en varias ocasiones el camino desde Roncesvalles hasta fisterra sin dejar nunca de abrazar al apóstol y agradecerle su favor. Todo ese tiempo Miguel fue disolviéndose en el alma de otros muchos peregrinos y muchos otros peregrinos depositaron en el alma de Miguel minúsculos granos de arena con los que construir su templo interior. Pero esta vez en Fisterra había ocurrido una catástrofe marítima y fue necesario que miles de peregrinos procedentes de muchos caminos distintos: el Camino de Santiago, el camino de las ideas, el camino de la fe, el camino personal e intransferible de cada uno y cuyo itinerario decide cada uno, unieran todos ellos sus fuerzas y aportaran su esfuerzo para sanar a la naturaleza del mal causado por nosotros mismos, los hombres, los peregrinos.

     El peregrino Miguel y otros muchos peregrinos permanecieron largos meses en Fisterra limpiando y conviviendo. Uno de los frutos de esa convivencia fue comprender que todo navegante necesita un puerto al que regresar de vez en cuando a hacer aguada y descansar. Y qué mejor lugar para establecer el puerto que el lugar donde termina el camino de los pies y empieza el camino del espíritu. Miguel, el peregrino y otros peregrinos hicieron, por tanto, de Fisterra su puerto imitando al Sol y a la luna que en Fisterra tienen su puerto al final y al principio del día y de la noche: El sol se levanta de playa Langosteira por la mañana para iluminar todo el viejo mundo. A mediodía pasa por el faro tan alto que no hay lugar del viejo mundo que no quede iluminado y, por la tarde, lentamente se acuesta en la playa del Mar de Fora. La luna, trasnochadora, también se alza por la playa Langosteira , visita el faro a media noche y saluda antes de acostarse al Sol desde la playa do mar de fora.

    En 2006, Miguel y otros peregrinos crearon un puerto al que llegar y del que partir al que llamaron "albergue do sol e da lúa" en donde dar aguada, cobijo y descanso a todos los peregrinos del camino de santiago, y todos los otros peregrinos que recorren sus propios caminos interiores y que deciden hacer puerto en Finisterre, en el Fin de la Tierra, en el Finis Terrae, en Fisterra.


Sed bienvenidos todos los peregrinos del espíritu, sea cual sea vuestro camino, así vengáis andando o por otros medios que aquí os recibiremos los que también somos peregrinos. venid a compartir nuestro lecho y nuestra mesa y vuestras/nuestras experiencias de camino. Descansad en nuestra morada una o muchas noches hasta que os sintáis fuertes para iniciar el verdadero camino: el que empieza cuando termina el de los pies, el que empieza en finisterre, el final y el principio de todos los caminos posibles..